CON TODO LO QUE SOMOS, SEAMOS HERMANOS
COMPARTIENDO DIÁLOGOS
CONMIGO MISMO
CON TODO LO QUE SOMOS, SEAMOS HERMANOS
(No seamos posesivos, démonos al que nos necesite)
Desde la hondura del ser, me
reconozco mísero,
y al verme ante el rostro y el
rastro del Señor,
vertido en la cruz, sumergido
en la conciencia,
noto sentirme mal en esta
tierra que me entierra,
prefiero ese universo
renaciéndome al verso,
con el que sueño para que se
haga luz en mí.
Desapruebo cualquier
endiosamiento humano,
su falsedad en el arte de la
retórica me mata,
y aunque todo se remonta y nada
permanece,
lo nuestro ha de ser conciliar
y reconciliarnos,
hallarnos y reencontrarnos,
amarnos y querer,
ser de Dios, no Dios; vivir en
Dios, no de Dios.
Tampoco me ensimisma esta fría
mundanidad,
endiosada por el orgullo,
encumbrada de vicios,
negada a soltar una sola
lágrima con el que sufre,
a no verter una sonrisa con el
que ríe de corazón,
ni a compartir una mirada que
acaricie ese aire
desolador que entristece los
ojos sin compañía.
Con todo lo que somos, con todo
lo que tenemos,
no puedo abandonar este níveo
espíritu viviente,
repulso todo fomento que
fermente lo ideológico,
dejarme expirar bajo el
movimiento de lo auténtico,
e inspirar el oleaje de la
poesía, por ese océano
celeste de la verdad, que
enternece y nos eterniza.
Doblar la cabeza, entregar el
alma; no es fenecer.
Es salir de este mundo, exhalar
el último suspiro,
comprender que la rosa se hace
más rosa libre,
sólo hay que percibir el
vuelo, vivir en la certeza
de lo que soy, para no morirse
de amor jamás,
porque te abandone quien nunca
te ha querido.
Como hermanos de un Padre que
somos, ¡vivamos!
En el crucificado vive el gozo
más sublime del yo,
pues en Jesús nace la fuerza
de la pasión por vivir.
Transitó por esta vida
cultivando el poema más puro
e interminable, cautivado por
la mística sabiduría,
al ser vida su palabra y amor
el signo de sus pasos.
Víctor
Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
16 de noviembre de 2019